El blog de hoy a pesar de ser el día del padre se lo vamos a dedicar a la tierra de una persona muy especial para mí y mi familia que nos dejó hace ya hoy 7 años, nuestra abuela.

Vamos allá, con nuestro viaje de hoy, para hacer más a menos estos días, solo con nuestra imaginación, tan poderosa que estoy segura que si cerramos los ojos podemos visualizar todo lo que os contamos.

Cuenca es quizás una de las zonas menos descubiertas de nuestra geografía pero no por ello deja de tener menos encanto. Voy a empezar hablándoos del pueblo de origen de mi abuela, Belinchón, un pueblo pequeñito pero que tiene su pequeña historia.

Belinchón es uno de  los primeros pueblos que te encuentras nada más entrar a la Comunidad de Castilla la Mancha yendo por la carretera de Valencia desde Madrid, en una hora y poco más llegas allí. Con no mucho más de 300 habitantes, diríamos que en invierno incluso menos, posee una de las iglesias más bonitas del gótico tardío, la iglesia de San Miguel Árcangel, construida sobre los restos de la fortaleza árabe de Balsum. Por su tamaño se podría considerar también una pequeña catedral, no dejéis de verla, es sencilla en su interior pero merece mucho la pena. Haced una pequeña parada también en su interior para admirar al que guía al pueblo en todo lo que hace, Santo Cristo Arrodillado, muy devotas los nacidos en el pueblo y alrededores.

En honor a este Cristo se hace una danza alrededor de él en las fiestas del pueblo con 8 danzantes que se declaró hace unos años Bien de Interés Cultural en la categoría de Bien Inmaterial. Se cree que las primeras representaciones de esta danza datan de 1777, pero no se sabe con certeza. En ella aparecen 8 danzantes ataviados con una indumentaria bastante cargada y el “porra” que es el personaje que dirige a los danzantes por los diferentes momentos a representar, la historia es muy curiosa, si queréis ampliar información acerca de ella podéis hacerlo en página de turismo de Castilla la Mancha o bien asistir a las fiestas del pueblo y verlo en in situ que tienen lugar entre finales de mayo y principios de junio.

También Belinchón es bastante conocido por sus salinas,en este momento de explotación privada, los cuales han sabido implementar nuevas técnicas para el mantenimiento de las mismas, perviven construcciones del s. XVIII y XIV.

Después de este pequeño homenaje, hablaremos de Cuenca capital y algo de sus alrededores.

Cuenca, ciudad Patrimonio de la Humanidad, tiene múltiples visitas que no debemos perdernos. En primer lugar como no hablar de sus Casas Colgadas, símbolo de la Ciudad, realizadas en mampostería desde sus balcones se asoman al río. De las casas solo hay 3 visitables, una de ellas contiene un museo.

En la plaza de la ciudad preciosa toda, se encuentran el Ayuntamiento y el Convento de las Petras y la Catedral de Nuestra Señora de Gracia que data del s. XII.

Podemos ver el Puente de San Pablo desde el que se divisan las Casas Colgadas.

El Covento de San Pablo de la orden de los dominicos, situados fuera del casco urbano, con una grandísima belleza natural ya que se encarama en un promontorio de la Hoz del Río Húecar a bastante altura.

Por último en este pequeño recorrido para los amantes de la naturaleza se encuentra el nacimiento del río Cuervo, cuando dejamos atrás la parte turística de restaurantes, etc, comienza el sendero de tierra que transcurre paralelo al río aguas arriba. Cascadas naturales de manantiales, pozas transparentes…Al final en una silenciosa gruta y junto a una roca, el agua brota a chorros, ahí nace el río Cuervo.

Hasta aquí nuestro viaje de hoy por Cuenca. Muchas veces por tiempo o por falta de recursos no podemos. Ahora tenemos tiempo, relativo, pero tiempo, valorémoslo, sin querer y quizás no de la forma que menos hubiésemos escogido nos lo regalan, aprovechadlo, cuando menos los esperemos todo volverá a ser como era, o no…quizás esto cambie nuestra percepción de la vida, yo espero que así sea.

Si no viajas por falta de recursos, no pasa nada, mi abuela en su vida viajó bastante poco pero os aseguro que tenía una mente tan rica de experiencias, recuerdos y cosas bonitas que no hacía falta que saliese de su espacio, llenad vuestra mochila de recuerdos y de esas fotografías que a ningún fotógrafo le dio tiempo tomar, esas son las mejores.

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