Nos pasamos gran parte de la vida buscando a nuestra media naranja. Desde que la abuela nos leía aquellos cuentos de príncipes, princesas y besos a las ranas, historias de un amor tan grande que era capaz de terminar con el sueño más profundo. Todos buscamos ese zapato a medida. Desde que veíamos aquellos históricos besos en nuestras primeras veces en la gran pantalla, desde que llegamos tarde a casa la primera vez, desde nuestra primera ilusión… Desde nuestra primera gran desilusión.

Buscamos el amor allá donde pueda esconderse. En cada rincón, en cada cita, en cada fiesta, en cada reunión, en cada palabra, en cada gesto. Sin embargo, siempre es él quien nos encuentra a nosotros, incluso, aunque tú seas del norte y yo del sur. Al amor no le importan los polos, tampoco los opuestos; al amor no le importa la distancia, de dónde vengas tú ni de dónde venga yo. Al amor no le importa si ese cambio de rumbo entraba en tus planes. El amor simplemente te encuentra y pone tu/vuestro mundo patas arriba. Cuando eso ocurre y tus esquemas se rompen, ahí te ha atrapado. 

¡Y bendita tela de araña! Porque que el amor nos encuentre es lo mejor que puede pasarle a dos seres humanos. Sobre todo cuando no cuentas con ello. Ya sabéis eso que dicen “lo mejor de la vida es lo que nunca esperas”. Creo que ni Ana ni Sergio lo esperaban. Los imagino haciendo sus maletas (hace ya unos años) llenas de proyectos, de ilusiones, de nuevos retos. Él despidiéndose de León, ella de Málaga, sin saber, entonces, que el amor los encontraría, juntos, en Alicante. En el punto medio, en el equilibrio.

No son las casualidades. Es el amor. Ana busca piso, Sergio alguien con quien compartir. Y entre tantas personas, entre tanta gente, entre tantas propuestas, entre tantas opciones… Se eligieron. Se eligieron con inocencia, sin conocimiento, sin saber. Y desde entonces lo han seguido haciendo, pero ahora con conocimiento, sabiendo, con inocencia y también con picardía. Se eligen cada día, en cada momento, a cada minuto.

Este pasado 1 de octubre lo han vuelto a hacer para darse ese “sí, quiero” que llevan diciéndose desde aquella primera vez como compañeros de piso. En La Alquimista Eventos hemos vivido esa confianza, esa ternura, timidez de uno y gracia de otro durante todos estos meses, organizando una boda sencilla, como ellos, pero cargada de cariño, de detalles, de lo que Ana y Sergio son.

No son casualidades.

Es el amor. 

 

La boda de Ana y Sergio organizada por La Alquimista Eventos en la Hacienda del Cardenal en Toledo

La boda de Ana y Sergio organizada por La Alquimista Eventos en la Hacienda del Cardenal

La celebración fue en la Hacienda del Cardenal, ubicada en la misma muralla de Toledo. Su equipo se ocupó íntegramente de la decoración de todos los espacios: patio, jardín y cenador.

Patio toledano de la Hacienda del Cardenal, en Toledo, durante la boda de Ana y Sergio organizada por La Alquimista Eventos

 

La hermana del novio oficia la boda de Ana y Sergio organizada por La Alquimista Eventos en la Hacienda del Cardenal en Toledo

Ana y Sergio se casaron en una íntima boda civil (unos 100 invitados) oficiada por la hermana del novio, en el precioso patio Toledano de la Hacienda.

Ana en la Hacienda del Cardenal en Toledo durante su boda organizada por La Alquimista Eventos

 

Ana en la Hacienda del Cardenal en Toledo durante su boda organizada por La Alquimista Eventos

 

Sergio en la Hacienda del Cardenal en Toledo durante su boda organizada por La Alquimista Eventos

Fieles a su estilo sencillo, la novia llevaba un vestido de una pequeña tienda de Málaga y el novio un traje clásico de El Corte Inglés. 

Las chicas del Buenquerer maquillaron y peinaron a Ana en su boda, organizada por La Alquimista Eventos en la Hacienda del Cardenal, en Toledo

 

Las chicas del Buenquerer maquillaron y peinaron a Ana en su boda, organizada por La Alquimista Eventos en la Hacienda del Cardenal, en Toledo

Las chicas del centro de belleza Buenquerer fueron las encargadas del maquillaje y la peluquería de la novia. Un peinado de ondas sueltas muy sencillo y adornado con unos accesorios muy especiales.

El ramo de novia de Ana fue diseñado por Maua Estudio Floral.

El ramo de Ana era tan delicado y sencillo como ella.  Con Maua Estudio Floral diseñó un conjunto muy silvestre con toques de color y mucho verde.

 

Las fotos de la boda de Ana y Sergio organizada por La Alquimista Eventos en la Hacienda del Cardenal en Toledo son de Natalia Ibarra.

Todas las fotos son de Natalia Ibarra.