Durante el mes de diciembre cada vez que comenzamos con una semana y abrimos nuestra agenda siempre aparece algún día señalado donde tenemos una noche ocupada con las temidas cenas de Navidad de empresa. A algunos les encantan, es un buen momento para salir de la oficina y en un ambiente más distendido pasar un rato agradable y divertido con nuestros compañeros y por qué no con nuestros jefe/as. Sin embargo, hay mucha gente, nos atreveríamos a decir la gran mayoría, que las aborrecen, en algunos casos supone “quedar” bien con tus jefes/as y compañeros/as, por no decir el plus de pensar ¡qué me pongo!.

Independientemente de las relaciones personales más allá del trabajo que tengamos con el staff de nuestro trabajo, hay aspectos que debemos tener muy en cuenta para que estos actos no  nos jueguen una mala pasada en términos de comportamiento, no deja de ser un acto social con personas con las que tenemos trato diario y a diferencia del resto de amigos, no debemos olvidar que estamos en un entorno laboral, festivo, pero laboral. ¿Alcohol, sí ó no?, ¿cómo nos debemos comportar en la mesa ó en un cocktail de pie?. Nos pueden surgir estas dudas…

El alcohol

Respecto al alcohol que podemos tomar en una cena de empresa, en términos de salud ya sabemos que no hay ninguna cantidad que sea sana o esté exenta de peligro. Ahora bien, ya sabemos que en estas fiestas celebramos bebiendo una copa de cava, vino, etc, como siempre en la moderación está la medida. Si no estamos muy acostumbrados a beber, ¡no lo hagamos!, puede perjudicar a nuestro comportamiento a lo largo del evento y dejarnos quizás en mal lugar.

El comportamiento

Debemos tener en cuenta una vez que a pesar de las fechas festivas, no dejamos de estar en un ambiente profesional. Tendremos en cuenta si es una cena de una empresa con pocos trabajadores y gente joven ó una gran compañía donde asiste el presidente de la misma. Lo mejor, fijarnos en la forma de interacción del jefe/ a ó máximo responsable. Si está más cercano/a que de costumbre, seguir esta pauta.

Dependiendo del tipo de cena que sea también varían las indicaciones correctas a seguir. El formato de cada cena también varía las indicaciones de comportamiento que debemos seguir. Si por ejemplo asistimos a un cóctel que es una cena de pie, lo ideal sería situarnos cerca de las mesas altas que se suelen poner de apoyo para que si viene alguien a saludarnos no nos encuentre con la empanadilla en una mano y en la otra una copa, de esta forma cuando alguien se acerque a estrecharnos la mano podremos apoyar la copa y la comida en la mesa.”.

Si por el contrario se trata de una cena sentados, debemos hablar no solo con la persona que tengamos a nuestra derecha, si no con cualquiera que tengamos cerca y si el ambiente es favorable interactuar con todos los asistentes en la mesa, por supuesto cuidando nuestro tono de voz

Todo lo que comentamos es un breve apunte, ya que lo fundamental es que prime la naturalidad, nuestras relaciones serán más fluidas y disfrutaremos mucho más de la velada. En cuanto a fumar, ahora por norma se sale al exterior, si toda la mesa está compuesta por fumadores, se puede continuar la conversación fuera, si eres el único que lo hace, por educación  y sentido común deberías esperar a que todo el mundo termine para salir.

En cuanto a los temas de conversación, “no se recomienda hablar de política, de dinero ni de salud, porque son temas delicados que pueden generar situaciones incómodas.  Lo más indicado es hablar de anécdotas divertidas de trabajo, situaciones vividas en común u otros temas “amables”.

¿Y qué pasa con la indumentaria? Este punto es responsabilidad del anfitrión, es decir de quien organiza el acto, en caso de no saber qué pauta seguir, lo único que debemos tener en cuenta es no ponernos nada que nos haga estar incómodos, en cuanto a las señoras que habitualmente no llevan zapato de tacón alto  mejor no utilizar estas cenas para hacerlo…no hay nada más doloroso y que nos haga sentir mal que una rozadura, mejor apostar por un tacón que nos haga sentir seguras. Para todos, no estrenar zapatos, no es momento, nos puede arruinar la velada.

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