Fuimos, incluso antes de ser.
Nos veíamos, aunque siempre supimos que en realidad nos mirábamos.
Nos oíamos y ya sabíamos que nos escuchábamos.
Esta es una historia en mayúsculas, de las que se inicia en letra capital y que se resume con una única palabra: AMOR. No sabéis lo feliz que me he sentido y siento habiendo participado en un enlace de esos que no se olvida. Por historias así La Alquimista se llama La Alquimista, y ésta os puede asegurar que ha encontrado su Piedra Filosofal.
Lorena & Barra. Amistad, amor, familia
A Lorena y a Barra les une uno de esos hilos invisibles que se crean en las relaciones especiales. Esas que surgen después de un simple gesto o de una inocente mirada perdida que de repente choca con la tuya. O que surge… ¡Simplemente que surge! No es necesario buscar argumentos ni justificaciones cuando algo bonito nace.
Sin embargo, a veces, esos detalles pasan delante de los ojos cubiertos de una capa de invisibilidad. Los creemos normales y consideramos que carecen de sentido… al menos en ese momento determinado. Tiempo después, te das cuenta que todos y cada uno de ellos tenían una explicación.
Cuántas veces nos ocurre que lo que quieres no ocurre cuando quieres; incluso porque, tal vez, no seas ni consciente de que lo quieres. Es complicado manejar el tiempo, controlar el espacio y/o ponerse al volante del destino, ese tan caprichoso que nos da mil vueltas como si fuéramos una lavadora en modo centrifugado. Entre Lorena y Barra puede que siempre haya existido ese AMOR inconsciente, una chispa que se encendió en el inicio de una relación de AMISTAD que se fraguaría durante años. Un margen de tiempo que ambos, por separado, supieron vivir y exprimir, creando otros lazos especiales que ahora se han unido en una única y preciosa FAMILIA.
Mucho más que una boda
El amor explotó un tal enero, después de varias idas y venidas, y de otras tantas circunstancias que hacen que las cosas ocurran cuando tienen que ocurrir y que los besos lleguen cuando tienen que llegar. El mes más frío para la relación más cálida.
El pasado 19 de junio Lorena y Barra se dieron un sí quiero que cuenta años e historias. Un sí quiero al AMOR, un sí quiero al RESPETO, a la AMISTAD y a la FAMILIA. Una muy especial que han creado uniendo sus vidas, las pasadas y las presentes, creando con ello un futuro que como buena Piedra Filosofal, se ha convertido en oro.
Fue una boda muy íntima en todo momento. Los novios se prepararon para su gran día en las bonitas habitaciones de la Finca El Venero, en Navaluenga, Ávila, donde celebraron toda la boda (ceremonia y banquete).
Flores Brunia se encargó del ramo. Se trataba de un diseño sencillo de flores preservadas, compuesto por diferentes flores de colores pastel, muy en consonancia con la dulzura de la novia.
La ceremonia no pudo ser más emotiva. Las miradas entre ellos lo decían todo…
Todas las fotos son de Tamara Velázquez.
Lorena escogió la firma Pronovias para su vestido. Era un diseño sencillo, cómodo y perfecto para el campo.
Fue una boda divertida donde se notaba el amor de los invitados hacia la pareja.